Antes de empezar, asegúrate de que la pared o superficie donde vas a colocar tu vinilo esté limpia y seca.
Si la pared está recién pintada, mejor espera un par de semanas para pegar el vinilo. Es recomendable pegar el vinilo sobre superficies lisas. Saca el vinilo del tubo y déjalo sobre una superficie plana.
Con la ayuda de un paño suave puedes frotar sobre el vinilo para eliminar posibles burbujas de aire y fijar mejor el vinilo al transfer.
1 Extiende el vinilo sobre la pared y sujétalo con un trozo de cinta de carrocero.
Aléjate lo suficiente para comprobar que lo has colocado correctamente.
Si tu vinilo está compuesto por varias piezas, puedes cortar los diferentes motivos y colocarlos siguiendo los mismos pasos, empezando por el motivo principal.
2 Dobla un poco el papel de soporte, por la parte superior, para empezar a pegar el vinilo a la pared.
Poco a poco ve despegando el papel de soporte, tirando de él hacia abajo.
Podemos ir frotando con un paño suave sobre el vinilo para que se pegue mejor y evitar burbujas de aire.
3 Ya tienes retirado el papel de soporte, ahora presionamos bien sobre todo el vinilo con la ayuda de un paño suave.
4 Retiramos la cinta de carrocero.
5 Con mucho cuidado, ve retirando el transfer de forma paralela a la pared, vigilando que todas las partes del vinilo queden bien pegadas.
6 ¡Y ya puedes disfrutar de tu vinilo!!